¿Porqué enseñar Historia del Arte en el salón de clases?
El arte es la huella de la humanidad en el mundo a lo largo del tiempo. Después de todo el arte es aquello que nos vuelve humanos. Ninguna otra especie crea objetos artísticos.
El arte ha permitido al ser humano nos escapar de sus limitaciones siendo creativo.
La creatividad no es simplemente la capacidad de innovar creando cosas nuevas. La creatividad es también la capacidad para detectar problemas y dar con la mejor solución posible.
Adicionalmente, el arte y su historia es la disciplina perfecta para desarrollar la capacidad de comprender otras culturas, para comprender lo diferente.
También nos brinda la oportunidad de conocer y comprender el pasado y, a través de él, a nosotros mismos en el presente.
Porque la historia del arte no es sino la historia de la extraordinaria capacidad humana de crear. La historia del arte es nuestra historia, en tanto somos seres humanos.
Diariamente nuestro cerebro está obligado a procesar toneladas de información visual. La educación, por ejemplo, cada vez más se orienta al pensamiento visual.
Esto demanda del ser humano unas competencias particulares, no sólo para mirar, sino para observar, es decir, para clasificar, analizar y sintetizar la información visual percibida.
Nos ayuda a construir una cultura visual. Pero también nos muestra cómo otras personas en el pasado se veían a sí mismas y al mundo que les rodeaba.
Sin embargo, aunque pudiera tener alguna utilidad, estudiarla o enseñarla como una sucesión de estilos y formas es para nosotros un absurdo. Preferimos estudiarla como la historia de la exploración del mundo que lleva a crear elementos cargados de sensibilidad estética.
A través de ella podremos conocer mucho mejor nuestra capacidad creativa y adaptarnos más eficazmente al mundo visual que nos rodea y exploramos cada día.
El papel que la educación artística desempeña en el desarrollo de competencias para la vida
de niños y jóvenes en el siglo XXI ha sido ampliamente reconocido en numerosas investigaciones. Encontrándonos también con un panorama de resago hacía la importancia de dicha materia en el sistema educativo de América Latina, ya sea por falta de recursos, tiempo curricular o incluso tener la ídea de que es una materia que absorbe recursos y poco impacto en la vida académica o profesional del estudiante.
El arte se enseña para dotar al niño de una visión particular del mundo: una visión creadora y abierta. Invitando al niño hacia la transformación del mundo.
La educación artística en América Latina también está atravesada por diferencias étnicas, sociales, culturales, geográficas y políticas, aún cuando sus procesos y productos en el ámbito escolar no reflejen de un modo significativo esta diversidad y contrastes.
En este continente de riquezas y pobrezas todos los habitantes deberían tener el acceso, o mejor dicho el derecho, a la enseñanza de las artes.
Bibliografia: UNIMET
El arte ha permitido al ser humano nos escapar de sus limitaciones siendo creativo.
La creatividad no es simplemente la capacidad de innovar creando cosas nuevas. La creatividad es también la capacidad para detectar problemas y dar con la mejor solución posible.
Adicionalmente, el arte y su historia es la disciplina perfecta para desarrollar la capacidad de comprender otras culturas, para comprender lo diferente.
También nos brinda la oportunidad de conocer y comprender el pasado y, a través de él, a nosotros mismos en el presente.
Porque la historia del arte no es sino la historia de la extraordinaria capacidad humana de crear. La historia del arte es nuestra historia, en tanto somos seres humanos.
Diariamente nuestro cerebro está obligado a procesar toneladas de información visual. La educación, por ejemplo, cada vez más se orienta al pensamiento visual.
Esto demanda del ser humano unas competencias particulares, no sólo para mirar, sino para observar, es decir, para clasificar, analizar y sintetizar la información visual percibida.
Nos ayuda a construir una cultura visual. Pero también nos muestra cómo otras personas en el pasado se veían a sí mismas y al mundo que les rodeaba.
Sin embargo, aunque pudiera tener alguna utilidad, estudiarla o enseñarla como una sucesión de estilos y formas es para nosotros un absurdo. Preferimos estudiarla como la historia de la exploración del mundo que lleva a crear elementos cargados de sensibilidad estética.
A través de ella podremos conocer mucho mejor nuestra capacidad creativa y adaptarnos más eficazmente al mundo visual que nos rodea y exploramos cada día.
El papel que la educación artística desempeña en el desarrollo de competencias para la vida
de niños y jóvenes en el siglo XXI ha sido ampliamente reconocido en numerosas investigaciones. Encontrándonos también con un panorama de resago hacía la importancia de dicha materia en el sistema educativo de América Latina, ya sea por falta de recursos, tiempo curricular o incluso tener la ídea de que es una materia que absorbe recursos y poco impacto en la vida académica o profesional del estudiante.
El arte se enseña para dotar al niño de una visión particular del mundo: una visión creadora y abierta. Invitando al niño hacia la transformación del mundo.
La educación artística en América Latina también está atravesada por diferencias étnicas, sociales, culturales, geográficas y políticas, aún cuando sus procesos y productos en el ámbito escolar no reflejen de un modo significativo esta diversidad y contrastes.
En este continente de riquezas y pobrezas todos los habitantes deberían tener el acceso, o mejor dicho el derecho, a la enseñanza de las artes.
Bibliografia: UNIMET
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